lunes, 16 de septiembre de 2013

ORACIÓN...

La oración es entrar en comunicación con Dios Padre, por medio de su Hijo. Porque es gracias al sacrificio que Jesucristo hizo en la cruz que tenernos el privilegio de ser sus hijos y entrar en una relación intima y personal con Él.

“Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” Juan 1:12

Al dirigirme en oración al Padre Celestial, estoy reconociendo que sin Él nada puedo hacer, y estoy confiando que Él proveerá la ayuda que necesito.

Nos preguntamos ¿Para qué orar si Él ya lo conoce todo? Es cierto, cuando oramos estamos hablando con un Dios que posee todo el conocimiento, Él ya sabe todo lo que tenemos que decirle antes de que se lo digamos y lo que va a pasar antes de que suceda. Pero la oración cambia cosas, nos sostiene en tiempo de angustia, nos da paz, dirección, sabiduría para actuar, la Escritura dice que "La oración eficaz del justo puede lograr mucho” (Santiago 5:16). Ante nuestra incapacidad humana para producir cambios, está un Dios todopoderoso que nos ayuda en todo.

Es por eso que cuando detectamos que algo está sucediendo con nuestro cónyuge, cuando algo amenaza la unidad matrimonial, cuando la rutina nos acecha, o las finanzas no andan bien, cuando no hay intimidad placentera o el egoísmo prima, cuando hay asomos de violencia, una queja, altibajos emocionales o simplemente sentimos que algo pasa pero que no identificamos: es necesario orar.

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