miércoles, 19 de junio de 2013

Dios comienza el proceso tumbándonos de nuestro caballo...
“Yo soy Jesús a quien tu persigues.” Hechos 9:5.
Las escrituras dicen que “temblando y temeroso, dijo Señor qué quieres que yo haga? ... La conversión de Pablo fue una obra dramática del Espíritu Santo..Este fariseo bien educado ahora estaba pasmado y ciego. Tuvo que ser llevado a la ciudad por sus amigos. Todo en su vida parecía derrumbarse. Pero la realidad era que Pablo era llevado por el Espíritu Santo a una vida entregada. Cuando él preguntó: “Señor, qué quieres que yo haga?” Su corazón estaba gritando, “Jesús, cómo puedo servirte? Cómo puedo conocerte y agradarte? Nada más me importa. ... Ahora tú eres todo para mí.”

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