La culpa es una carga demasiado pesada. Te hace sentir triste e infeliz. No te deja dormir porque constantemente tu conciencia te lleva a enfrentarte con la realidad de tu falta, delito o pecado.
Vivir de esa manera con resentimientos, miedos y culpas no es vida. Es como vivir esclavo y preso de tus errores, más aún es como vivir un infierno interno.
No andes más oprimido, deprimido o como si estuvieras muerto estando vivo. No escondas tus culpas y pecados tras las adicciones o tratando de ignorarlo. Porque muchos tratan de ignorarlo, pero cuando llega la noche y hay silencio, no pueden dormir porque la culpa casi los aplasta.
La buena noticia es que Dios con su grúa de perdón y gracia puede remover los escombros más pesados de la vida de cualquier ser humano. Él allana el terreno de tu vida para que puedas construir tu vida sobre cimientos sólidos.
La pregunta es: ¿quieres pasar tu vida cargando con ese peso? Sintiéndote culpable aún por cosas de las que realmente no tienes culpa o que ya Cristo te perdonó, o deseas recibir en tu corazón ese hermoso regalo que Dios te ofrece hoy.
Ese perdón lo puedes recibir con un corazón humillado y sincero, está tan accesible a ti como que hagas una oración a Jesús confesando tus culpas y todo lo que sientas que debes decirle a Él.
¡Animo hoy es el día de recibir perdón, esperanza y vida nueva!....
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