Un dia crei que ya nada me podria derrumbar. Un dia me levante sintiendome que ya lo habia alcanzado todo. Que mi vida espiritual habia llegado a un nivel tan alto que cualquier problema o tentacion seria pequeño ante la grandeza de mi fe. Y pense que con pronunciar las palabras magicas: "En el Nombre de Jesus" desapareceria mi tristeza y volveria a mi la paz. Y asi vivia los dias sostenida de una mano invisible. De aquel que prometio jamas soltarme y que en el momento dificil siempre estaria conmigo; pero El jamas dijo que seria facil, solo que en mis peores momentos estaria siempre cerca. Y en mi ignorancia un dia quize tentar al enemigo y coquetear con el. Y dije que jamas podria tocarme porque Dios era mi Escudo y mi Protector. Y crei que tenia una barrera en frente que impediria que la depresion se volviera a acercar. Y pense que las heridas de mi corazon jamas volverian a abrirse, que mi actitud ante la vida seria siempre la misma y ya no volveria a desear mi muerte.
"Y que equivocada estaba". Porque esta constante lucha a veces nos desanima y nos cansa. Y el enemigo estara siempre cerca esperando el momento de nuestra debilidad para arrastrarnos y llevarnos fuera del camino.
Alguien me entiende?
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