lunes, 8 de julio de 2013

VIVE UNA VIDA DE AMOR

Tan sólo quería unos momentos de “tiempo para mí”. Sólo unos momentos para hacer algunas cosas en la casa. Como mamá de tres niñas pequeñas, encontrar esos momentos puede ser difícil. Siempre hay algo que debe ser limpiado, recogido o botado…siempre hay alguien o algo que necesita mi atención. Ese fue el caso el otro día. Estaba ocupada. Tenía muchas cosas que hacer y nada de tiempo para perder. ¿Te ha pasado alguna vez?
Estaba ocupada preparándome para “servir” y no sentí que tenía tiempo para parar, bajar la marcha y cumplir con algo más que llamaba mi atención. Sólo cuando vi a mi dulce Addie me di cuenta de que lo que necesitaba era un poco de tiempo con mamá. Quería sentarse en mi regazo para que la abrazara y la amara. Tenía una decisión que tomar ¿Sacrificar mis necesidades, mi lista de cosas por hacer, mi necesidad de que la casa esté perfecta? ¿O la escogía a ella?

¿Qué haría Jesús? Esta semana leemos Efesios 5:1-2 “Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.”

¿Cuál era la forma en la que Jesús amaba? Él se dio a si mismo como ofrenda y sacrificio a Dios.

Estoy aprendiendo que amar y obedecer tiene que ver más con mis acciones que con mis sentimientos. Incluso cuando no siento amar… debo hacerlo. Incluso cuando no siento que debo obedecer…debo hacerlo. Incluso si no siento ganas de suplir una necesidad…debo hacerlo. Los sentimientos son engañosos y dependen del día o de las circunstancias… no así la verdad de Dios. Él nos llama a vivir una vida de amor.

¿Cómo es vivir una vida de amor?

Somos llamadas a imitar a Cristo. Jesús sacrificó Su vida para que nosotras pudiéramos vivir. Su amor por nosotros es la razón de Su obediencia…hasta la muerte. Amar a otros bien implica sacrificios: sacrificamos nuestros deseos por el bienestar de otros, ya sea nuestro esposo, nuestros hijos, familia o amigos. Si vamos a ser imitadoras de Jesús, nuestra vida debe estar nadada en el sacrificio y el servicio por amor.

Esto no es algo fácil. Es contrario a la manera en la que el mundo nos dice cómo debemos vivir. El mundo nos dice que debemos vivir para nosotras mismas, para nuestros deseos y necesidades, que si mamá no está feliz, nadie está feliz.

Vivir de esta forma va a demandar cosas diferentes de cada una de nosotras. Pero lo que tenemos en común es que una vida de amor requiere acción más allá de nuestros sentimientos. Si vamos a imitar a Jesús, debemos vivir como Cristo. Jesús era un líder y un siervo. Veía la necesidad y la suplia. Como esposas y madres se nos da la misma oportunidad. ¿De qué forma vas a servir a tu familia hoy?

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