viernes, 24 de mayo de 2013

La iglesia de estos últimos días está sumergida en un periodo de aflicción y de “horno ardiente”.
El Espíritu Santo está obrando para traer a su pueblo a lugar de completo quebrantamiento. ... está conduciéndote hacia la revelación de la debilidad de tu propia carne con el fin de mostrarte Su poder. Su pueblo está llegando a lo último de si mismo, su obstinada voluntad está siendo derribada, su necedad... esta siendo tratada, hasta que la actitud se convierta en ...
"Hágase tu voluntad.".
El pueblo de Dios está experimentando sufrimiento, aflicción y aun tortura.
Hay un divino y eterno propósito detrás de la intensidad de estas batallas físicas y espirituales que sufre ahora el verdadero cuerpo de Cristo. "Bueno es Jehová para con todos, y sus misericordias sobre todas sus obras"
Salmo 145:9.
Él soportó odio, sufrió rechazo, enfrentó impensables reproches y a través de todo nunca se defendió....
Jesús nunca estableció ejércitos vengativos llenos de odio... No usó armas carnales. En cambio, derribó fortalezas con su poderoso amor, humildad y misericordia.... ... y su tremenda autoridad! un plan de batalla: amor misericordioso. En efecto, el amor conduce todas sus obras en la tierra.
"Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación"
2 Corintios 1:3.

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